La primera victoria de San Martín de Tucumán contra Guillermo Brown en Puerto Madryn se explica en la insistencia con la que salió el equipo de Diego Flores a disputar el complemento. El gol anulado a Gonzalo Rodríguez podría haberse traducido como un golpe anímico; pero los cambios, otra vez, fueron acertados y el “Santo” de manera agónica consiguió con tres puntos importantísimos de cara a la recta final de la Primera Nacional.

En la previa, el entrenador decidió patear el tablero y modificar el 4-3-3 que había plantado para el duelo de líderes contra el “Santo” sanjuanino. Esta vez, Flores apostó por el 4-2-3-1 que tan buenos resultados le había dado anteriormente. De esa manera Matías Ignacio García regresó al “11” titular.

El ex Güemes de Santiago del Estero, una de las figuras del partido, se ubicó como volante de contención junto a Gustavo Abregú y la mayor responsabilidad en la generación de juegos quedó en los pies de Juan Cuevas.

El “10” intentó ser la sorpresa en Madryn, pero eso no ocurrió. Se inclinó tanto por derecha como por izquierda e intentó ser la salida limpia del equipo. No obstante, no encontró su lugar en la cancha y fue reemplazado por Nicolás Moreno, uno de los protagonistas en el triunfo agónico del “Santo”.

Mientras tanto, Matías “Caco” García encontró versatilidad en el complemento. Esto tiene una razón. La banda izquierda de Lucas Diarte fue de las más atacadas durante el primer tiempo con los avances de Maximiliano Luayza y Esteban González. El experimentado técnico del ascenso Arnaldo Sialle repitió el esquema de Flores y “Caco” tuvo que ubicarse detrás de Abregú para poder contener los avances de “La Banda”.

Ante la constante presión de Guillermo Brown en la primera mitad, San Martín tuvo que dejar de lado su juego de posesión en las salidas e intentó pelotazos largos para las diagonales de Rodríguez y Junior Arias.

Sin respuestas con ese método, el equipo buscó conexión entre Gonzalo Bettini y “Turbo”. Y fue esa receta lo que permitió aproximarse al arco de Sebastián Giovini.

Bettini remató al arco en una ocasión y “Turbo” lanzó un centro pasado que culminó con una cesión de Abregú y un remate elevado de Cuevas.

Durante la segunda parte, San Martín mostró una imagen totalmente diferente. Recuperó el juego al ras del suelo y justamente de esa manera llegó el gol anulado.

Juan Orellana se la pasó a Diarte y el lateral se la brindó a Rodríguez que remató fuerte. Sin embargo, por la participación de Arias que estaba en offside, no subió al marcador.

En ese momento el “Santo” ya había inclinado la cancha a su favor, pero necesitaba velocidad y, sobre todo, un futbolista que pudiera romper el bloque defensivo de la dupla Nicolás Bazzana-Elías Martínez.

Por eso, Flores mandó a la cancha a Gonzalo Klusener y a Moreno, dos futbolistas que siempre entran “enchufados”. Y esta vez, no fue la excepción. En tiempo agregado y cuando parecía que el empate no iba a modificarse, el remate de “Chuny” impactó en la mano de Martínez y Klusener cambió penal por gol.

Flores no superó en su totalidad el esquema de Sialle, pero logró lo más difícil: tres puntos de visitante en Puerto Madryn para sacarle cinco de diferencia a San Martín de San Juan. Todo redondito.